Los salones de tango, ese mundo.



Hace unos días me invitaron a una clase de tango (nivel bajo 0).
Para llegar al salón, primero debías cruzar un largo pasillo que escondía un local de "merchandising" porteño (aquí aprovechan siempre todo para hacer negocio).

La clase duraba 1h30 y constaba de 2 fases. En la primera, te enseñaban a caminar, y ojo, no es nada fácil. Poco después te mostraban una serie de pasos básicos que me recordaron a la metodología "Chiquito de la Calzada". Ya en la segunda fase debías practicar en pareja, y ahí está el tema. En estos salones, por lo que ví, hay mucho señor mayor soltero en búsqueda de "minitas". Desde ya aviso que yo me pude escaquear.

No grabé nada en video, ni saqué fotos, por aquello de no herir la sensiblidad del espectador o causarle vergüenza ajena por mi culpa. En su lugar, he preferido colgar este viral, mucho más profesional y estético. Dicho sea de paso, detrás de este vídeo se esconden profesionales publicitarios, uno de ellos ha sido profesor mío en la especialización de nuevos formatos de comunicación (Interactive-Integrated), agencia Ceronegativo

Muy cracks. El nivel de creatividad en Argentina sigue on fire.

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